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sábado, 1 de agosto de 2015

La última entrevista de John Lennon 

PARTE 2


Pero es como que tú nunca puedes ganar. La gente te critica por no componer ni grabar, pero también se olvidan de que tus últimos trabajos (Some time in New York City, Walls and bridges y Rock’n’ roll) no fueron muy bien recibidos… especialmente el agitador Some time in New York City, con temas como Attica state, Sunday bloody sunday y Woman is the nigger of the world.
Sí, ese es el que hizo que mucha gente se enfadara. Yoko lo llama Bertolt Brecht, pero yo no sabía quién era hasta que ella me llevó a ver la producción de Richard Foreman, La ópera de los tres centavos, hace cuatro años. Fue entonces cuando lo entendí. Siempre me irritó la urgencia del sonido en ese disco, pero lo hacía conscientemente, como un periódico en el que hay errores de imprenta, los tiempos y los hechos no concuerdan, y hay esa actitud de “hay que tenerlo listo para el viernes”.
He sido atacado muchas, muchas veces… y desde el principio: From me to you estaba “por debajo de la media de los Beatles”, no lo olvides. Eso fue lo que dijeron en NME [New Musical Express]. Jesús, lo siento. A lo mejor no era tan buena como Please please me, pero, “¿por debajo de la media?”. Nunca lo olvidaré. ¿Y sabes lo malas que fueron las críticas de los discos de Plastic Ono Band? ¡Nos destrozaron! “Un gemido simplista, autoindulgente”… esa fue la tónica de las críticas. Porque esos discos trataban sobre nosotros mismos, no sobre Ziggy Stardust o Tommy… Y Mind games, lo odiaban.
No sólo me pasaba a mí. Mira a Mick, por ejemplo. Mick lleva 20 años sacando unos discos bastante buenos, ¿y crees que le dan un respiro? ¿Dirán de él alguna vez, “mírale, es el número uno, tiene 37 años y ha publicado una preciosa canción, Emotional rescue, sigue en la cumbre?”. A mí me encantó. Y a mucha otra gente. Y que dios ayude a Bruce Springsteen cuando decidan que ya no es dios. No le he visto nunca, pero he oído muy buenas cosas de él. Ahora mismo sus fans son felices. Les ha hablado de emborracharse y perseguir chicas y coches y demás. Pero cuando tenga que afrontar el éxito y la necesidad de madurar y tener que repetirlo una y otra vez, le atacarán, y espero que sobreviva a ello. Todo lo que tiene que hacer es mirarnos a Mick o a mí.
Así que esto va así: unas veces arriba y otras abajo, arriba y abajo… Pero, ¿qué somos nosotros, máquinas? ¿Qué es lo que esperan? ¿Quieren que me suicide en el escenario? ¿Quieren que Yoko y yo follemos, o que nos matemos el uno al otro en el escenario? Cuando criticaron From me to you como un peldaño por debajo de los Beatles, en ese momento me di cuenta de que tienes que resistir, hay una especie de mecanismo por el que entras en la rueda y tienes que continuar girando.
Como lo que dices en Watching the wheels. ¿Qué son las ruedas?
El universo es una rueda, ¿no? Ruedas que giran y giran. Son mis propias ruedas, sobre todo, pero, ya sabes, verme a mí mismo es ver a los demás. Y también me veo a mí mismo a través de mi hijo. Lo que pasa con el niño es que… Aún es difícil. No soy el mejor padre del mundo, lo hago lo mejor que puedo. Pero soy un tipo muy irritable, suelo estar deprimido. Estoy unas veces arriba, otras abajo, siempre así, y él ha tenido que aguantarlo también, alejándome de él y luego volviendo, alejándome de él y luego volviendo. No sé cómo le afectará eso cuando crezca, pero al menos he estado ahí físicamente.
Todos somos egoístas, pero creo que los denominados artistas lo son por completo: hacer que Yoko, Sean, el gato o cualquier otra persona estén pendientes de mi constantemente crea bastante tensión. Por supuesto, hay alegría y tiene su recompensa, pero aún así…
Así que luchas contra tus instintos naturales egoístas.
Sí, de la misma forma que con las drogas, la mala alimentación o la falta de ejercicio. Es muy difícil tener que enseñarle eso a un niño, es antinatural. Tal vez sea la forma en la que fuimos criados, pero es muy difícil pensar en alguien más que uno mismo, incluso en tu propio hijo, pensar de verdad en él.
Pero hablas de él en temas como Beautiful boy.
Sí, pero eso es fácil… es pintar. Gauguin estuvo atrapado en el puto Tahití pintando un gran cuadro para su hija, si es que la película cuenta la verdad. Así que él está en Tahití pintando un cuadro para ella, que muere en Dinamarca, y que no le había visto en 20 años; él padece una enfermedad venérea y se está volviendo loco allí. Él muere y el cuadro acaba quemándose, así que nadie vio nunca la obra de arte que le llevó toda su puta vida. Y yo siempre estoy pensando en cosas como esa. Así que escribo una canción sobre mi hijo, pero habría sido mejor pasar el tiempo que me llevó componer la puta canción jugando con él a la pelota. Lo más difícil de todo para mí es jugar… puedo hacer todo lo demás.
¿No puedes jugar?
Soy incapaz de jugar. Trato de inventar cosas. Puedo dibujar, puedo ver la tele con él. Soy muy bueno haciendo eso, puedo ver cualquier basura, mientras no tenga que moverme, puedo hablar, leerle algo o llevarle de paseo, a por café o cosas así.
Es raro, porque tus dibujos y muchas de las canciones que has escrito son bastante juguetonas.
Eso seguro que tenía más que ver con Paul que conmigo.
¿Qué me dices de Good morning good morning? Es una gran canción: un tipo mayor que vaga sin rumbo por la ciudad después de trabajar, que no quiere ir a casa porque no tiene nada que decir.
Oh, eso fue sólo un ejercicio. Solamente tuve una semana para componer temas para Sgt. pepper’s. Good Morning good Morning era por la época el eslogan de un anuncio de Corn Flakes, así de desesperado estaba por escribir un tema.
Me di cuenta cuando leí Lennon Remembers [la legendaria entrevista que John concedió en 1970 a Jann Wenner] o la entrevista de Playboy [dirigida por David Sheff entre el 8 y el 28 de septiembre de 1980] fue de que siempre estoy quejándome de lo difícil que es componer o de lo que sufro cuando lo estoy haciendo, que cada canción que he escrito ha sido casi una auténtica tortura.
¿La mayoría fue una tortura?
Totalmente. Siempre pienso que no hay nada en lo que estoy haciendo, que es una mierda, que no va a ningún sitio, que no es buena, que es basura… y aunque salga algo, me pregunto, ¿qué coño es esto?
Suena doloroso.
Es ridículo. Sólo pienso, “Eso fue difícil. Estaba en mala forma en aquel momento” [risas]… Excepto por las diez canciones que los dioses te conceden y que salen de la nada.
¿Fueron más fáciles de componer las canciones de Double fantasy?
La verdad es que no, escribirlas me llevó cinco años ¡Estreñido durante cinco años, y luego diarrea durante tres semanas! [risas] La composición como tal me llevó tres semanas. Hay una historia zen que una vez me contó Yoko, y que puede que contara en Lennon Remembers [la entrevista] o Playboy: un rey envió a su mensajero hasta un artista para encargarle un cuadro, le pagó, y el pintor dijo, “Claro, vuelva otro día”. Así pasa un año y el mensajero regresa y le dice al pintor, “El rey está esperando el cuadro”, y el pintor le dice “Oh, espera”, lo pinta delante suyo y dice, “Aquí lo tienes”. Y el mensajero dice “¿Qué es esto? ¡El rey te ha pagado mucho dinero por esta mierda que has hecho en cinco minutos!”. Y el pintor responde, “Sí, pero he pasado un año pensando en ello”. Creo que no hubiera escrito las canciones de Double fantasy sin esos cinco años.

 

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